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FICHA TÉCNICA:
Título: “El juramento de los
Horacios” Autor: Jaques-Louis David
Estilo: Neoclasicismo Cronología: 1784
Técnica: Óleo sobre lienzo Localización: Museo
Louvre, Paris
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ANÁLISIS DE LA OBRA:
El siglo XVIII es el de la transición del
Antiguo Régimen a la sociedad burguesa, lo que hace que en el arte convivan las
formas ligadas al pasado con actitudes nuevas. En este tiempo surgen
instituciones como las academias de Bellas Artes, que tratarán de impulsar,
pero también de reglamentar, las expresiones artísticas de la época. Surge en
estos tiempos un estilo contrario al Barroco, el Neoclasicismo impulsado por
las ideas estéticas de Winckelmann protagonizado por un estilo sencillo,
equilibrado, sobrio e inspirado en la antigüedad clásica.
En este cuadro el autor representa una
escena de guerra entre las ciudades de Roma y Alba Longa. El jefe de esta
última propuso dirimir las diferencias con una lucha entre dos familias: Los
Horacios y los Curiáceos. Cada familia pertenecía a una ciudad y, además
estaban relacionadas entre sí por lazos de parentesco. La obra de David plasma
el momento en el que los hijos Horacios juran ante su padre luchar hasta la
muerte por el triunfo.
La atención del espectador se dirige, en
el primer plano, a la escena del juramento, en la que se concentra la luz,
mientras que el fondo arquitectónico está completamente en penumbra. La luz
también destaca, a la derecha, un grupo de mujeres y niños, abatidos por la
tristeza al presenciar la escena.
Los arcos del fondo organizan el espacio:
el grupo de los hombres ocupa dos arcos, y el de las mujeres se dispone ante el
arco derecho. Las figuras aparecen agrupadas geométricamente: el padre y sus
hijos forman un cuadrado, y las mujeres, un triángulo.
Los personajes son los siguientes:
Padre Horacio
Es el personaje central y el que realiza la acción principal, tomando juramento a sus hijos, mientras sostiene las tres espadas con sus manos, obligándolos al cumplimiento del deber con la patria. No muestra ninguna emoción.
Tres hermanos Horacios
En la pintura los tres hermanos se sitúan a la izquierda, expresan su lealtad y solidaridad con Roma antes de la batalla, totalmente apoyados por su padre. Son hombres deseosos de entregar sus vidas por deber patriótico. En esta sociedad patriarcal, los hombres de acero, de resuelta mirada y miembros tensos, son la ciudadela del patriotismo republicano. Eran símbolos de las más altas virtudes de la República; las mujeres, de más tierno corazón, se quedan en casa llorando y están satisfechas con esperar.
Camila Horacio
Su desesperación está explicada en parte por el hecho de que es hermana de los Horacios, viste una toga blanca que demuestra los conocimientos arqueológicos de David; es una Horacio prometida con un Curiacio.
Sabina Curiacio
Sabina, vestida de marrón, es una Curiacio que está casada con uno de los Horacios, por lo que llora por su esposo y su hermano.
Hijos de Sabina y aya
La mujer vestida de negro al fondo sostiene dos niños de uno de los esposos Horacio y la esposa Curiacio. La hija menor oculta su rostro en el vestido de su aya mientras que el hijo rechaza que le tapen los ojos.
El tema enlazaba con el interés de David
por destacar determinadas virtudes cívicas, como el compromiso con el estado
por encima de los intereses personales y de la propia vida.
David contrapone los valores masculinos
(lo público, la lucha) a los valores femeninos (lo privado, el sentimiento),
contrastando la actitud viril de los varones frente a la entrega y fragilidad
de las mujeres.
El cuadro fue encargado por el rey Luis
XVI, que estaba interesado en que se representaran héroes clásicos que como
modelos, dieran una imagen ejemplar del monarca. Pero, curiosamente, cuando se
produjo la Revolución francesa se convirtió en todo un símbolo de esta, por los
valores cívicos que exaltaba.
La pintura presenta todas las características
propias del Neoclasicismo: predominio del dibujo, tema clásico de fin
moralizante, composición geométrica y formas solemnes.
La escenografía representada está
realizada en perspectiva cónica central. Hay presencia de volumen a través de
la graduación tonal y lumínica. Gran grado de detallismo y veracidad tanto en
la arquitectura como en los personajes. Expresividad en los rostros, cuerpos
musculados y bellos defines el estilo de David. Los personajes están muy
resaltados contratando con el fondo del cuadro.
Gran variedad tonal alternado entre
colores fríos, cálidos y neutros dejando paso a la oscuridad en último término
de las escena. Tonos apagado de calidad gélida por la temática representada.
Las pinceladas son invisibles predominado el dibujo sobre el color.
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