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FICHA TÉCNICA:
Título: Frescos de San Clemente de
Tahull Autor: Maestro de Tahull
Estilo: Románico español Cronología:
1125
Técnica: Fresco Localización: MNAC -BCN
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ANÁLISIS DE LA OBRA:
Estas pinturas de temática religiosa
fueron realizadas en la Edad Media y pertenecen a un movimiento artístico
conocido como románico. El románico es el primer estilo europeo tras las
invasiones germánicas y nace en un contexto de una sociedad feudal que vive
intensamente el sentimiento religioso pues el centro del universo gira en torno
a la figura de Dios (teocentrismo).
En este fresco la pintura románica
catalana alcanza su máximo esplendor. En el ábside de la iglesia de San
Clemente se representa a Cristo en Majestad, sentado y mirando a los fieles
fijamente con ojos penetrantes y terribles. Cristo está representado dentro de
la mandorla (marco en forma de almendra que rodea a Cristo para indicar que es
un personaje sagrado)y entre las letras alfa y omega, primera y última letra
del alfabeto griego que indican que Cristo es principio y fin de todas las
cosas, es creador y destructor. En una de las manos sostiene un libro en el que
se puede leer “Ego sum lux mundi”, yo soy la luz del mundo. La luz es símbolo
de la verdad absoluta, del bien y el camino para llegar a la salvación.
Rodeando a Cristo en Majestad se encuentra
el tetramorfos, los signos de los cuatro evangelistas: San Lucas representado
por un buey, San Marcos por un león, San Juan por un águila y San Mateo por un
ángel.
Los rasgos de la pintura románica son
fácilmente perceptibles, si examinamos el dibujo, el color, la concepción plana
de la composición, etc. En el dibujo predomina exageradamente la línea, una
línea negra y gruesa que contornea todo y da vigorosidad al dibujo. Línea
esquemática y que se va repitiendo en los pliegues de los ropajes. No hay
estudio anatómico, los cuerpo son representados de una manera muy esquemática
al igual que las telas.
Las grandes líneas de la composición nos
hablan de un alargamiento sistemático y de una tendencia a lo abstracto; las
pequeñas líneas de los rasgos faciales traducen, por el contrario, un deseo de
vida y de gracia.
Los contornos son energéticos, pero
la vibración de los colores sugiere que
la vida de la figura trata de ondularlos, y en algunas zonas, en el rostro
especialmente, la vida predomina sobre la arquitectura sobre la que está
representada.
La riqueza de del color constituye otro
rasgo destacable; azules de penetrante oscuridad; verdes claros para apaciguar
la intensidad de los azules, rojos y carmines, ocres y almagres, negro. Todos
ellos aplicados sin volumen, es decir, planos.
No hay presencia de perspectiva pero sin
embargo, las pinturas se adaptan al espacio en el cual han sido pintadas. En
principio el ábside ofrece una superficie poco propicia para la expresión
plástica, pero los artistas románicos aprendieron a convertir su curvatura en
un recurso intensificador y se sintieron tan cómodos para diseñar sus
composiciones como en una superficie plana.
La iglesia fue consagrada en 1123, fecha
de remate de las pinturas, por San Ramón, prelado de Roda, quien probablemente
llamó al maestro Tahull, capaz de representar a la Divinidad de forma original
en una época en la que los artistas consideraban tal representación como el
sentido último de su arte.
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