Una
silueta es la imagen de una persona, un objeto o escena que consiste en
el contorno y un interior sin rasgos, básicamente, el objeto silueta suele ser
negro.
En
el mundo del arte, la silueta, está estrechamente ligada a la mitología de los
orígenes del arte. Plinio el Viejo en el capítulo 15 de su Historia Natural
(alrededor de 77-79 d. C.) narra la historia de Butades de Corinto (un alfarero
de Sición) que fue el primero que inventó el arte de los retratos en arcilla. Fue
a través de su hija como hizo el descubrimiento, pues, estando profundamente
enamorada de un joven a punto de partir en un largo viaje, trazó el perfil de
su rostro, proyectado en una pared por la luz de una lámpara. Al ver ésto, su
padre rellenó la silueta, mediante la compresión de la arcilla, sobre la
superficie, y así hizo una imagen para el recuerdo que aliviase el dolor de su
hija, que luego se endurecería por el fuego junto con otros artículos de
cerámica.
Pero,
aunque se conocía desde esa época la silueta, no se ha utilizado como forma
de arte popular hasta las primeras décadas del siglo XIX donde ya se utilizaba
el fisionotrazo, instrumento óptico
mecánico operado manualmente e inventado en 1786 por Guilles-Louis Chrétien.
Este
particular artefacto fue utilizado a lo largo del siglo XIX como una máquina de
dibujo capaz de trazar los perfiles de objetos y modelos sobre láminas de
cobre. El fisionotrazo se basaba en un instrumento anterior denominado pantógrafo, diseñado para aumentar o
disminuir con precisión dibujos de planos y diseños. El fisionotrazo ha sido
considerado en algunas ocasiones como un antecesor manual de la fotografía.
Debido a su diseño este instrumento resultaba adecuado para la realización de
retratos en perfil otorgando a las placas obtenidas un aspecto característico.
Siguiendo
el sistema de dibujo que ofrecía es fisionotrazo los alumnos de 1º de ESO han
realizado en cartulinas de colores sus propias siluetas al más puro estilo
victoriano.
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