Es una técnica pictórica surrealista creada por Óscar
Domínguez en el año 1936. Técnica automática en el que el azar tiene una
función capital. La Decalcomanía posee una
gran efectividad y carga de aportaciones personales, pues a menudo, las
manchas generadas con esta técnica aluden o recuerdan objetos, paisajes, etc.
Se trata de una especie de monotipia en la que el color se
extiende sobre una superficie lisa. Entonces se presiona contra ella una hoja
de papel, que a continuación se retira dando lugar a una imagen.