Suele ser en las grandes
ciudades donde surgen estos grupos juveniles (tribus urbanas) que, aunque no poseen formas muy
estructuradas, proporcionan vivencias muy intensas a sus miembros.
Su carácter es muy variado
y plural, pero suelen presentar algunos rasgos en común: gusto por el disfraz,
un vitalismo rebelde y una búsqueda de (auto)marginación del grupo social más
amplio.
Lo más llamativo de estos grupos es
su tendencia a situarse al margen de la rutina social y de lo que puede
considerarse oficial en una cultura. Estos grupos son los denominados “tribus
urbanas” pandillas o grupos de jóvenes que se reúnen en torno
a modas, intereses, filosofías y lugares comunes. Por lo general, cada una de
estas denominadas “tribus” tiene una música y vestimenta que les caracteriza.
Cada una de ellas defiende sus ideales, y objetivos, y a veces hasta se
presentan altamente territoriales.
El
atuendo es de vital importancia en las tribus urbanas puesto que es el uniforme
oficial del grupo y sólo del grupo, identifica, pues, al joven como miembro de
un colectivo, a un doble nivel: porque lo vuelve idéntico a los demás miembros
del grupo y porque, al mismo tiempo, le confiere una identidad personal. De
hecho, la máscara de la tribu, y la manera de
asumirla de cada uno de sus miembros, es un indicador importante de las
características y de las actuaciones del grupo.
“Todo lo que es profundo ama el
disfraz. Admitiendo, sin embargo, que quiera ser sincero, llegará el día en que
note que, a pesar de todo, de él no se conoce más que una máscara y que es
conveniente que así sea. Todo espíritu profundo tiene necesidad de una máscara.
Yo diría más aún alrededor de todo espíritu profundo crece y se desarrolla sin
cesar una máscara gracias a la interpretación, siempre falsa, es decir
superficial, de cada una de sus palabras, de cada uno de sus pasos del menor
signo de vida que da.”
F.
Nietzche
Tras analizar las diferentes tribus urbanas las alumnas de 4º de ESO elaboran diseños téxtiles para diferentes tribus urbanas.